HISTORIA DEL CONJUNTO DE MUSICA Y DANZAS
ARGENTINO CROATA
"JORGOVAN"



Por la década de 1952 en el Barrio de Dock Sud (Partido de Avellaneda) se escucharon las primeras notas de este conjunto. Aquel Dock Sud de posguerra cobijó a una gran legión de inmigrantes europeos que llegaban a la Argentina en busca de trabajo y un buen porvenir. Compartían en esa populosa barriada la pobreza y una férrea voluntad por sobreponerse a las dificultades lejos de su querido terruño, junto a inmigrantes de distintas regiones, croatas, polacos, ucranianos, húngaros, rusos, eslovenos, alemanes, serbios, montenegrinos, españoles, italianos, caboverdianos.




Esta nueva sociedad comenzó a interactuar y a dar hijos a esta tierra promisoria, formando nuevas familias constituidas en algunos casos por parejas de compatriotas, y en otros, mayormente, por personas de nacionalidades distintas. Los hijos de estos inmigrantes crecieron entre músicas de diversos lugares, canciones que sus padres les enseñaban desde niños, ya que deseaban prolongar sus costumbres e idiomas. Así esta prole aprendió a querer lugares que no conocía y a soñar con conocer la tierra de sus ancestros alguna vez.


Estos chicos y chicas, que nada sabían de política ni de guerras, fueron amigos de barrio que intentaban, tal vez sin saberlo, honrar a sus padres y devolverles algo de las alegrías perdidas, formando con ayuda y participación de ellos grupos de músicas y danzas de esas tierras que tanto añoraban.

En esas épocas, más precisamente en el año 1952, se forma la “Sociedad Cultural y Deportiva Argentina Yugoslava de Dock Sud”. Su primera Comisión Directiva fue constituida por los señores Radovančić, Mirko Franić, Pedro Zeferin, Mate Katavić, Mateo Zeferin, Mateo Rončević, Chepo Vilčić, José Medak, Opacac, Topić, Nikola Vranješ, Botica, Vičić.
Dicha Comisión comenzó a convocar jóvenes con el fin de conformar un Conjunto que difunda la música de la entonces Yugoslavia y se solicitaron instrumentos a la Matica Iseljenika Hrvatske (Fundación para el Emigrante de Croacia) de Zagreb. Así se forma el 12 de octubre de 1953 el Conjunto de Música “Jorgovan”, que en croata es equivalente a la “lila”, típica flor en la Costa Adriática.

Su primer director fue el recordado maestro Don Juan Grgurić, quién se encargó de nuclear a los pequeños hijos de esos inmigrantes que traían de sus pueblos una larga tradición cultural. A ellos, les enseña las primeras cuatro canciones con las que debutan en casa del Sr. Paparella, invitados por el Sr. Manse. Los primeros integrantes que debutaron en esta ocasión fueron: Margarita Rončević, Matilde Franjić, Carmen Vranješ, Mateo Zeferin y Antonio Medak.


Tiempo después, Don José Medak interviene ante Milorad Vujičić e Jacobo Akrap para que se incorporaran al nuevo conjunto sus hijos, Lidia Akrap y Liliana y Arnaldo Vujičić. Al poco tiempo también se sumaron Gloria Franić, Carlos Toth, Catalina Grgurić, Pedro Hajer y nuestro actual primera voz, Stanko Jurinčić.



Posteriormente se realizan actuaciones en Radio Antártida, donde el Sr. Lunić dirigía un programa, hasta que fallece y continúa siendo dirigido por el Sr. Prodan, quien fue un gran colaborador y se transformó en el primer padrino de Jorgovan.

Una vez que se afianzó la parte musical del grupo recientemente constituido, se dio paso a la creación de un cuerpo de bailes tradicionales, para tener una auténtica representatividad del folklore yugoslavo. Entonces, luego de unos meses, se acopla la danza bajo la dirección de la Srta. Elvira Oreb, y sus primeros integrantes fueron: Olga Topić, Amanda y Magda Darnasin, Juanita Erceg, Dora Vičić, Ucha, Miroslav Ogrizović, Luciano Marinac, Miguel Katia, Miguel Šimić y Mario Mišić.


La primeras actuaciones se realizaban en instituciones de la zona, y fueron de gran importancia porque presentarnos frente a un grupo de gente y verlos felices por poder recordar su música era algo que nos complacía enormemente.


Combinadas las dos disciplinas, música y baile, comenzó una obra de difusión que se extendió hacia el interior del país, con el consiguiente perfeccionamiento de la faz artística. De este modo, muchas provincias argentinas pudieron conocer nuestras singulares coreografías típicas, acompañadas por sus trajes incomparables.

La prueba inicial de esta conjunción fue con motivo del Festival Internacional de Buenos Aires realizado en 1958 en Unione e Benevolenza. Allí 33 caracterizados conjuntos compitieron en una brillante muestra de la danza internacional, en la que el Conjunto Jorgovan conquistó el Segundo Puesto.

En la primera semana internacional de Tandil, organizada por la Dirección de Turismo, la prensa especializada destacó a dicho Conjunto manifestando que fue una verdadera revelación en cuanto a espectáculo se refiere. De ese modo llegamos en el año 1965 al Festival Folklórico Internacional en la ciudad termal de Río Hondo, en la Provincia de Santiago del Estero. Nosotros estábamos muy ansiosos por nuestra presentación, ya que se trataba de un festival muy importante y era transmitido en directo por televisión para todo el país. Los resultados obtenidos fueron estupendos e Jorgovan llega a la cúspide: obtiene el Primer Premio como colectividad extranjera por unanimidad del jurado, en mérito a su participación en Música, Canto, y Danza, y siendo revelación el tema “Marijana”.

¡Jorgovan alcanzaba la mayor distinción a la que podía aspirar un conjunto extranjero!


De regreso a Buenos Aires, Jorgovan había entablado nuevas amistades con otros conjuntos, y bajo la anuencia del Sr. Víctor Jaime Freire se formó en el año 1966 el Círculo Internacional de Folklore, integrado por quince colectividades.

Las participaciones que el conjunto ha tenido a lo largo de los años fueron numerosas y exitosas gracias a la colaboración de sus integrantes. En Capital Federal y el Gran Buenos Aires se pudo apreciar la jerarquía de Jorgovan en distintos festivales, especialmente los realizados en los clubes San Fernando, Gimnasia y Esgrima, Banco Nación, y otros.

En el año 1974 el Sr. Milorad Vujičić viaja a Yugoslavia y recorre las distintas “Maticas” con el propósito de solicitar para el conjunto instrumentos, trajes típicos, y un coreógrafo para enseñar las danzas. En 1975, haciendo eco al pedido, llega a la Argentina el coreógrafo Trajce Simeonovsky, quien permanece 6 meses enseñando 4 nuevas danzas. El trabajo realizado por él dejó una capacidad interpretativa muy importante al conjunto, lo que nos sirvió de base para futuras interpretaciones.

Ya se había marcado con nitidez una transformación positiva respecto a los objetivos con que soñaban los ideadores del Conjunto. Este cambio se produjo gracias a cada uno de los integrantes que pasaron por Jorgovan con exigencia de propuestas nuevas. Así, el progreso y las circunstancias determinaron la necesidad de formar una Sociedad Civil sin fines de lucro. Ésta se concretó el 17 de noviembre de 1988 bajo el nombre “CONJUNTO JORGOVAN”, con Personería Jurídica Nº8687 de la Provincia de Buenos Aires, funcionando así en Argentina una nueva institución con ambiciosos proyectos, que no se limitan solamente a difundir el folklore croata, sino también a nuclear toda la diáspora croata.

Dentro de la cantidad de integrantes que pasaron por Jorgovan, cabe destacar a Don Matías Vujović, quien ejecutaba su Gusle, instrumento típico de Montenegro cuyo origen data del siglo XII, y que consta de una sola cuerda de crin de caballo. Sus sones servían en ese entonces para acompañar nostálgicos cantos en los que se relataban las duras luchas sostenidas contra los invasores. En el año 2002, Sofía Vujović, hija de Don Matías, donó al Conjunto la gusle de su padre, que tiene más de un siglo de antigüedad. Es un honor para nosotros poseer en nuestro poder un instrumento tan antiguo y caro a nuestros sentimientos.





Desde de sus comienzos el Conjunto Jorgovan se presentaba como yugoslavo. Ello se debía a que en los tiempos en que sus mayores llegaron a la Argentina, ésa era su nacionalidad. Debido a la declaración de independencia de Croacia y Eslovenia, que derivara en un sangriento conflicto armado que provocó la desmembración de Yugoslavia, en nuestra sociedad se realizó una Asamblea Democrática Extraordinaria para decidir a cuál de los países ex yugoslavos correspondía seguir representando. Se acordó una votación, y su resultado fue representar a Croacia, ya que de allí provenía la mayoría de los miembros. Esto fue aceptado por quienes no correspondían a dicho país, comprendiendo y teniendo muy en claro que lo más importante era el legado de unidad que siempre caracterizó a Jorgovan.


A más de 50 años de su creación, Jorgovan sigue sin perder su distinción, la cual determinó que difundiera la cultura croata y la introdujera en argentinos, ya que sus miembros son descendientes de croatas, pero en su mayoría pertenecen a otras culturas, representando a Croacia sin tener en ella sus orígenes.

Esta no es una tarea sencilla, pero sí apasionante. El objetivo es claro, ayudar al residente croata a sentirse más cerca de la tierra que lo vio nacer y honrar a nuestros mayores ya fallecidos. Para eso, Jorgovan hace uso de un vital instrumento: interpretar y divulgar el riquísimo folklore e idioma croata, que no morirá nunca mientras existan personas que lo promuevan.

Durante sus 55 años de existencia todo lo recaudado es destinada a alguna institución benéfica o a la renovación de trajes cuando fue necesario.